Villa Clara, ¡a levantarse por la corona de la 50 Serie Nacional!

 "Quieres que te diga de corazón la verdad, me hubiera alegrado que Villa Clara hubiera sido el campeón de este torneo, por todo lo que han hecho», le comentó cerca de mí un conocido comentarista a uno de los compañeros del departamento de relaciones y propaganda del INDER provincial, mientras en el terreno se efectuaba la premiación de la 49 Serie Nacional de Béisbol.En términos similares escuché en estos últimos días opiniones de otras personas de mucho prestigio en la apasionante disciplina, porque es verdad que los peloteros villaclareños no pudieron darle a la afición la corona que tanto ansían desde hace 15 años, pero la última impresión no debe borrar las grandes cosas que hizo la selección a lo largo del certamen.Santiago de Cuba y Ciego de Ávila fueron fuertes rivales, y Villa Clara los venció en el camino hacia el título de la zona oriental de la pelota cubana.Dominó la zona oriental convirtiéndose en el único equipo ganador de 50 o más partidos en 12 certámenes consecutivos. Pasó una vez más por encima del poderoso Santiago de Cuba en cuartos de finales y luego en semifinales dominó a Ciego de Ávila, uno de los conjuntos más completos del campeonato.Así se coló por novena ocasión en una final, cifra que ningún otro elenco registra desde la campaña de 1992-1993.Jugadas de la victoria de Villa Clara en el quinto juego, en el «Latino», donde fue decisivo el doble de Ariel Borrero.Después de quebrar la negativa marca de diez fracasos en línea en discusiones de título frente a los azules, pusieron fin también a otra racha adversa de siete fracasos sucesivos en ese nivel en el Latinoamericano», en un quinto juego que el mentor Eduardo Martín calificó como una hazaña, debido a las circunstancias en que se desarrolló, tras la polémica decisión arbitral en segunda.La coronación villaclareña parecía inminente, mas no se pudo rematar al León capitalino. Los anaranjados cedieron en los dos últimos choques y se revivió una historia que ya les había ocurrido a los azules en 1999, cuando fueron picados por las vispas santiagueras, tras imponerse en los dos primeros choques de aquella final.Pienso que el juego clave para la tropa de Eduardo Martín fue el sexto, en el que el plantel tenía la ventaja psicológica y, además, comenzó arriba con su segunda figura del pitcheo. Entre otras cosas, falló la defensa, que no pudo respaldar debidamente el trabajo de sus serpentineros.El séptimo choque del play off --cuarto que se extiende hasta esa cantidad de partidos en una final-- resultó un rompecorazones, que se decidió en extrainnings. Para siempre quedará en el recuerdo el jonronazo de Yandris Canto en el octavo capítulo, con dos en circulación, que puso a temblar al León, finalmente ganador por décimo segunda ocasión en estas lides. No pudo Villa Clara concretar su gran sueño después de tantos años de espera. También Industriales aguardó mucho tiempo, para luego de 13 años agenciarse su sexta corona en 1986 y a Santiago de Cuba le medió una década entre el segundo (1989) y tercer cetro (1999).Los villaclareños conformaron el equipo más estable del torneo, tomando en cuenta sus actuaciones en la fase clasificatoria y los play off, pero Industriales fue el que mejor lo hizo en la postemporada después de venir de menos a más con una cifra inferior de victorias (47-43) al resto de los siete planteles que accedieron a los cuartos de finales.Este segundo lugar, aunque deja la lógica insatisfacción de que se puede llegar a la cima, ratifica la calidad de la pelota villaclareña.Un béisbol que, a pesar de diferentes situaciones, ha logrado mantenerse en la vanguardia, sin «importar» jugadores ni técnicos como han hecho otras potencias en el país. En las 33 versiones escenificadas desde la instauración de la actual división político-administrativa, Villa Clara ha logrado figurar 17 veces en el cuadro de medallas, con cuatro títulos, nueve subcampeonatos y cuatro terceros lugares. En el último decenio siempre ha terminado entre los cinco primeros.Culmina una de las finales más emotivas en muchos años. Nos tocó la peor parte. Habrá que analizar qué le ha estado fallando al equipo a la hora de definir, desde hombres que esperan demasiado en la caja de bateo hasta las imprecisiones en una de las tradicionales fortalezas de la representación de casa: la defensa. Más que lamentarse, hay que levantarse y enmendar deficiencias para que el último tramo hacia la gloria no vuelva a convertirse en una quimera.